
Recuerdos reposados entre los trastos viejos de mi viejo desván entre maletas llenas de ilusiones arrinconadas paseos por el campo verde de mi pueblo en la vieja bicicleta y poemas leídos en los viejos libros llenos de polvo y que vistieron mi juventud de utopías, fantasías y esperanzas... .Mayte "Quién no espera encontrar lo inesperado nunca encontrará la verdad" (Pascal).
viernes, 4 de noviembre de 2011
de Susana Visca, ....;Desde el primer día, unas risas desenfadadas y frescas atravesaron el suelo de los vecinos, bajando hasta su nueva morada, impregnándola de un ambiente familiar. Aquellas risas no evocaban a otras. Eran las de sus propios hijos, que seguramente no se ponían de acuerdo en la pronunciación de una palabra, quizá un nombre de algún invitado arriba presente. Asier tenía tres años y Amaia, cuatro. Los días pasaban y las risas siguieron llegando, mientras su rostro perdía una belleza antes elogiable, lo que fue ligeramente disimulado por un cabello cada vez más largo. Ella no se había mudado porque quiso. Su esposo habría dado su vida porque no se fuera. Pero la enfermedad la eligió a ella, y con mucha calma se la llevó. Previamente, durante esa larga espera en cama, escuchó crecer a sus dos hijos a través de la ventana que daba al jardín. Sus primeras palabras, sus juegos, sus rabietas, sus risas. Ella sonreía, agonizante, sin perder esa dulce ironía, escribiendo frases sueltas, tachándolas, dejando esta: “Mis uñas y cabello seguirán creciendo para recalcar que incluso ellos pueden vivir sin mí.”

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario